La depresión es un trastorno frecuente que implica un estado de ánimo deprimido y/o la pérdida casi completa de interés o placer en actividades que antes se disfrutaban; son frecuentes las manifestaciones somáticas (p. ej., cambio de peso, alteraciones del sueño) y las cognitivas (p. ej., dificultad para concentrarse).
La ansiedad se define como la anticipación a una amenaza futura que surge de la percepción de estímulos generales potencialmente dañinos, evocando un estado de inquietud, agitación, preocupación e hipervigilancia. Se ha conceptualizado a la ansiedad como un mecanismo de respuesta fisiológica y conductual generada para evitar un daño.
Sin embargo, la ansiedad puede convertirse en un trastorno mental, cuando esta conducta surge recurrentemente como una respuesta anticipatoria involuntaria e intensa ante una amenaza potencial, ya sea real o supuesta. Además, la respuesta es persistente e incontrolable, mermando la calidad de vida del individuo.
Aunque muchos lo asocian a la muerte, el duelo es un proceso psicológico natural en el que una persona atraviesa una serie de etapas que conducen a la superación de una pérdida. Este proceso tiene diferentes características que hacen posible su clasificación en nueve tipos:
1) duelo normal
2) duelo anticipado
3) duelo sin resolver
4) duelo crónico
5) duelo ausente
6) duelo retardado
7) duelo inhibido
8) duelo desautorizado
9) duelo distorsionado
Según la Organización Mundial de la Salud, una de cada cuatro personas sufre trastornos de la conducta relacionados con las adicciones sin sustancia.
El aspecto clave de la adicción comportamental no es el tipo de conducta implicada, sino la forma de relación que se establece con ella. Lo esencial del trastorno es que la persona adicta pierde el control sobre la actividad elegida y continúa con ella a pesar de las consecuencias adversas que le produce.
La ludopatía es una enfermedad
que se caracteriza por un fracaso
crónico y progresivo en resistir
los impulsos de jugar apostando
dinero.
La adicción a las compras se produce cuando ir a comprar se convierte en una necesidad, dejando de ser una actividad lúdica o para solventar una carencia.
También conocido como compra compulsiva u oniomanía, se trata de una adicción que provoca al sujeto comprar por comprar, siendo incapaz de controlar los impulsos.
La adicción al sexo es una conducta que el paciente no puede controlar y afecta a su comportamiento sexual, provocándole dependencia y abstinencia. La adicción al sexo también se conoce como Trastorno Compulsivo Sexual.
Por otro lado, implica la presencia de impulsos, fantasías y pensamientos recurrentes de carácter sexual que conducen al sujeto a realizar conductas compulsivas para satisfacerse.
La adicción a la comida se caracteriza por ser un trastorno psicológico que hace que algunas personas sean incapaces de controlar sus impulsos a la hora de comer. Estos comportamientos adictivos pueden aparecer en diferentes trastornos alimenticios como el trastorno por atracón, la bulimia nerviosa o la obesidad.
La adicción al trabajo se enmascara bajo la apariencia de responsabilidad, dedicación al trabajo, y sacrificio de la vida personal. El consenso sociofamiliar y el incentivo cultural y laboral que tiene trabajar mucho durante muchas horas, no permite detectar y diagnosticarla correctamente.
Se habla de adicción a Internet cuando una persona no puede llevar una vida satisfactoria debido al uso excesivo y no controlado de Internet, ya sea a juegos online, redes sociales, compras, ver vídeos de toda índole o navegar.
La adicción a la bolsa aparece cuando se opera en activos financieros de manera compulsiva. Al igual que otras adicciones, ser un adicto a las operaciones en los mercados financieros puede acarrearle muchos problemas. Fuertes pérdidas de su capital, endeudamiento, ruptura de los lazos familiares y otros.
La adicción al trading y criptomonedas aparece cuando se opera en activos financieros de manera compulsiva. Al igual que otras adicciones, ser un adicto a las operaciones en los mercados financieros puede acarrearle muchos problemas. Fuertes pérdidas de su capital, endeudamiento, ruptura de los lazos familiares y otros.
Las familias y/o parejas sufren junto con el afectado, las consecuencias afectivas y económicas de las diferentes adicciones. Se encuentran en una situación novedosa y difícil de entender y afrontar. Por ello, brindo la posibilidad de acompañamiento en este proceso a la parte que muchas veces queda desatendida pero que también tiene un impacto importante debido a las adicciones del afectado.
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un trastorno mental que comprende una combinación de problemas persistentes, como dificultad para prestar atención, hiperactividad y conducta impulsiva. El TDAH en los adultos puede llevar a relaciones inestables, mal desempeño en el trabajo o en la escuela, baja autoestima y otros problemas.
Aunque se llama TDAH en adultos, los síntomas comienzan en la primera infancia y continúan en la adultez. En algunos casos, el TDAH no se reconoce ni se diagnostica hasta que la persona es un adulto. Los síntomas del TDAH en adultos pueden no ser tan claros como los síntomas del TDAH en niños. En los adultos, la hiperactividad puede disminuir, pero los problemas con la impulsividad, la inquietud y la dificultad para prestar atención pueden continuar.